
Ya ha pasado un año desde que Avicii (Tim Bergling) decidiese quitarse la vida. Desde este humilde blog y a través de esta entrada, quisiera rendir un pequeño homenaje a ese gran artista y persona que sucumbió a la presión de una industria y un entorno que no tuvo piedad con él.
No os voy a engañar, no conocía a Avicii hasta que lanzó su disco True y con él ese pedazo pepino de tema llamado Wake me Up. Él ya lo estaba petando en su país natal y en el círculo club con temas como Bromance o Levels desde hace años, pero al menos en España, no fue hasta Wake me Up que Avicii estaba en boca de todos. Siempre recordaré el día en que escuché este temazo en la radio. Su rollo country y sus vocales daban la impresión de ser un tema acústico que tenía su rollo, pero entonces entraba la base rítmica y los sintes y me dije, coño! que subidón más wapo tiene este tema! A partir de ese momento lo reconozco, necesitaba saber quien estaba detrás y así es como empecé a seguir a Avicii y a descubrir toda su obra.

Hacía mucho que había dejado de lado la música dance, el house, el progressive. Mi paladar se decantaba por sonidos más acústicos, más orquestales. Compositores como Hans Zimmer, James Horner, Ennio Morricone y sus respectivas bandas sonoras llevaban años y años acompañándome. Atrás habían quedado aquellos años de Robert Miles, Alexia, Talessa… todo lo que escuchaba desde el 2000 en adelante me sonaba igual, chunda chunda genérico, del montón. Cierto es que Guetta, en un momento concreto de su carrera decidió dar un giro radical a su estilo y centrarse en colaboraciones con otros artista, dando lugar a su primer álbum enteramente comercial centrado en un género que posteriormente se llamaría EDM.
Tras este pequeño inciso volvemos al presente, al momento en que descubrí a Avicii, su estilo, su obra y su capacidad de hacer que volviera a reconciliarme con un género que había dejado apartado muchos años.
Tras Wake me Up llegaron Hey Brother, You Make me, Addicted to you… cada single que salía de True era un exitazo en España y en Europa. Melodicamente no tenía nada que ver con lo que se podía oír en las radios Dance del país.
Tras escuchar TRUE cientos de veces empecé a escuchar sus obras previas. Sus inicios fueron más convencionales. Se notaba que era muy joven y que todavía estaba explorando para encontrar su propio estilo, su sonido.
En Bromance ya empezó a cultivar ese sonido dulce, melódico, en el que el piano se convertía en protagonista de sus temas, consiguiendo acelerar las pulsaciones con su ritmo pero sin estridencias.

LEVELS y su famoso sample vocal fue el punto y a parte para la vida de Avicii, el comienzo del fin.

Creo que Avicii True Stories ha sido el factor decisivo para que todos los que seguíamos, e incluso para los que no lo conocían, hayamos empatizado tantísimo con la historia de un chaval que parecía que tenía el mundo a sus pies, pero que sin embargo sufría por dentro de una manera inimaginable.

Sin embargo, resulta increíble que dentro de la cinta haya tantísimo material grabado con tanta anterioridad. Da la sensación que todo haya sido planificado con antelación. Y lo peor y más sorprendente. Como puede ser que teniendo todo ese material filmado, viendo el estado físico y mental que tenía Avicii, nadie hiciera nada para poner remedio.
En muchos extractos de la cinta vemos el momento en que Ash, su primer mánager y uno de los principales responsables, tanto de su éxito como de su suicidio, negocia los derechos sobre el tema LEVELS. Resulta increíble que haya una cámara grabando y captando el momento en que hace sus trapicheos con distintas discográficas para alcanzar cifras astronómicas, dejando claro la avaricia y codicia del susodicho, y no solo eso, además diciendo clara y expresamente a la cámara que con el plan de giras que ha preparado para Avicii va a acabar destrozado. El padrastro de Avicii fue claro y conciso al respecto: «Si Tim hubiera estado en manos de una discográfica y un mánager realmente profesional, hoy estaría vivo».

Pero el momento más duro de la cinta lo vemos cuando Avicii es dado de alta tras sufrir una pancreatitis aguda de forma forzada, bajo presiones, medicado hasta las trancas, siendo trasladado en furgoneta privada para su siguiente show, con la mirada perdida y totalmente destrozado, mientras el promotor que le acompaña le dice si está listo para poder dar una entrevista telefónica a una radio.

En este momento es cuando el espectador no entiende nada. No sabe si es que la gente que le rodea no tiene ojos, ni empatía, ni humanidad.
Está claro que para el mundo que le rodeaba, Avicii era una máquina de generar billetes, y ninguno de ellos estaba dispuesto a renunciar que la máquina cesara, aunque ello significara que la máquina explotara en mil pedazos.
La cinta finaliza con un mensaje esperanzador. Avicii ha dejado a su mánager, las giras, el ritmo incesante de trabajo, dando a entender que es un punto y a parte para mejor. Lo que nadie esperaba es que realmente, Avicii True Stories era una premonición de lo que iba a suceder.

Una página web convertida en recordatorio, un disco póstumo sin ánimo de lucro, una fundación benéfica para luchar contra las enfermedades mentales. Está claro que Tim era una persona que no se movía por el dinero, incluso su ex mánager replicaba una y otra vez que Avicii no entendía el valor del dinero. Es posible que si no se hubiera cruzado con quien se cruzó no hubiera llegado tan alto, sin embargo, es muy posible que todavía siguiera vivo.

Un talento joven, de buen corazón, que vivió intensamente y que se quemó rápidamente. Algo debió transmitir al mundo que tras un año de su muerte seguimos recordándolo y teniéndolo muy presente.
DEP Tim (Avicii)
